Durante el verano de 1958, una ola de crímenes asola el interior de Estados Unidos.
Las víctimas se encuentran en sus coches o en sus casas, incluso en sus camas, y sus cuerpos aparecen drenados, sin una gota de sangre.
Michael Jensen es el hijo del sheriff de un pequeño pueblo y sueña con huir a la ciudad para ser periodista.
Él se convierte en la persona a la que la única sospechosa de los crímenes, Marie, acepta contar su historia.